jueves, 5 de noviembre de 2015

Under the Skin, dirigida por Jonathan Glazer




Under the Skin (dirigida por Jonathan Glazer, Escocia, 2013).

Un motorista recorriendo la carretera como un águila planeando por el cielo. La noche y sus silencios. Una mujer (una Scarlett Johansson como nunca había sido retratada en el celuloide, en un papel sutil a la vez que brutal), bella y extraña, surge de la noche. Nada se explica, todo cuanto sucede en escena, sucede porque sí. Las elipsis están para que el espectador rellene esos huecos, un espectador contemplativo y a la vez activo.

La mujer (¿es verdaderamente una mujer?) viaja en furgoneta. Su belleza fascina e hipnotiza. Habla con autoestopistas, los seduce, los embauca. ¿El canto de las sirenas? Después los lleva a su casa, y allí, los devora o los engulle o los mata en unas escenas visualmente casi abstractas. No queda del todo claro, pero lo que sí percibimos es que ellos son víctimas y constituyen su alimento, no sabemos si fisiológico, cognitivo o existencial.

Escocia. Niebla. Humedad. El mar y las olas engullen la playa. Los árboles son testigos de la cárnica desesperación, de la necesidad. El gris del asfalto y el hormigón se alimenta de lluvia y humedad.

Los planos angulares muestran la naturaleza viva, como un insecto esperando en la noche. El sonido y los silencios son parte de la historia, de la narración, lo mismo que una música que sale de las escenas y se te mete dentro y no te suelta, como el latido de un corazón enfermo. 

El estilo se convierte en narración. Las imágenes que vemos se explican por sí mismas. O no. Poesía. Pulsión. Música y sonidos que crean una ambientación perturbadora, densa y a la vez salvaje. El espacio se come el tiempo. ¿O al revés? La linealidad parece un juego. La narración se convierte en mirar.

La película habla de los hombres, pero muestra a una mujer (que parece ser una alienígena). Otredad. La protagonista (¿qué es exactamente un protagonista?) parece ajena a los sentimientos y a la ética humana. Parece una depredadora. El ansia es devorada por el hambre. ¿O al revés? Sin embargo, empieza a experimetar emociones.

¿Y nosotros? ¿Podemos juzgar a un animal salvaje? La película habla de los hombres, de sus comportamientos, de sus esquizofrenias. A estos sí podemos juzgarlos.



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