viernes, 25 de noviembre de 2011

Entrevista en la revista Vulture

Recientemente la revista cultural Vulture ha publicado una entrevista que me han hecho con motivo de mi libro Un hombre en el umbral. Puede leerse aquí.

martes, 22 de noviembre de 2011

Concierto del No Mundo, de A. G. Porta

A. G. Porta no sólo es un gran escritor, sino también uno de los pocos escritores españoles que es capaz de escribir alejado de las normas del mercado, ofreciendo una escritura llena de sugerencias, una construcción “arquitectónica” donde cada pieza encaja perfectamente para acabar formando una obra que sabe guardar un gran equilibrio entre forma y contenido, además de exigir una lectura activa, aquélla que Cortázar pregonaba para sus novelas.

Podemos encontrar varios puntos en común entre las novelas de A. G. Porta, como son, la construcción de una trama semiescondida detrás de las cosas más cotidianas y ciertas relaciones entre los personajes, la acumulación de pequeños detalles y gestos, la forma fragmentaria separada por elipsis -como secuencias cinematográficas-, el uso del lenguaje preciso que busca el tono y el ritmo para ajustarse a unos determinados comportamientos y la construcción de una ambientación más o menos insólita. Sin embargo, y a pesar de todas estas constantes en su obra, es notable la evolución que Porta ha sabido dotar a sus novelas, sobre todo en Singapur y Concierto del No Mundo, con una gran destreza en el uso de la fragmentación, la elipsis y la sugerencia en la primera, y con la mezcla de géneros y metaliteratura en esta última.

Encontramos en Concierto del No Mundo ciertas obsesiones o motivos que pululan por sus anteriores novelas, como la dificultad de comunicación (sobre todo entre padres e hijos), los sueños frustrados, la imaginación de los personajes como posibilidad de escape, la inevitable presencia del pasado, la tendencia de los personajes a difuminarse en el vacío y el sinsentido de la vida cotidiana. Sin embargo hay otros aspectos que la convierten en una novela diferente y un tanto especial dentro del resto de su obra.

La trama es fácil de describir pero no lo es tanto la historia. Un viejo guionista de cine se retira a un hotel de París (“la capital del país vecino”) para escribir un guión. Su joven amante, una pianista superdotada que realiza unos conciertos en la misma ciudad, lo visita con cierta regularidad, pero la relación entre ellos se va complicando poco a poco a la vez que irán surgiendo determinadas subtramas y personajes secundarios que multiplican una historia que avanza en espiral, gracias a las secuencias -como cajas chinas- que llevan a los personajes a otras realidades, mezclando novela negra y ecos de ciencia ficción, para acabar configurando varias capas superpuestas de una misma realidad. Y al final, el juego metaliterario es superado por el peso existencial de la historia.

Hay que decir que Concierto del No Mundo es la novela más arriesgada y técnica de A. G. Porta, y es que, el escritor barcelonés ha firmado una novela intensa, difícil, con un lenguaje que se cimenta sobre el vacío a la vez que indaga en ese mismo vacío –acercándose hacia cierta abstracción- para demostrar que el mundo está lleno de otros mundos posibles. Si en las anteriores novelas encontrábamos una trama perfectamente hilada y una arquitectura minimalista, separada (o unida) por secuencias siempre sugerentes, ahora la trama se complica en cuanto a una historia que avanza en espiral, que también es un mundo de espejos, donde la filosofía (Wittgestein), los juegos literarios que recuerdan a Borges, los retoques de novela negra, todo es llevado por un lenguaje denso y tenso que no permite la más mínima distracción, reconstruyendo la realidad para (con)fundirla y enriquecerla. Y en esa (con)fusión de realidades a veces es difícil saber si lo que leemos es el guión que escribe el guionista, la novela que escribe la niña, un pensamiento de cualquiera de éstos o lo que sucede en la realidad más cotidiana e inmediata; pero acaso eso no sea lo más importante porque todo forma parte del No Mundo. Hay numerosas citas que lo afirman: “La vida, un juego” (pág. 211), “La realidad total es el No Mundo” (pág. 182).

Choca el uso del presente y la tercera persona, que, junto a la ausencia de nombres propios, dota a la novela de un tono frío y distante a la vez que de un estilo cinematográfico. Así, los personajes son denominados “el guionista, la niña, el padre de la niña, el genio compositor” y los espacios “la capital del país vecino, el café de los escritores”, etc. Y si además, añadimos que se trata de una novela de novelas, encontramos que Concierto del No Mundo no sólo es una novela difícil de leer, sino que también se trata de un gran ejercicio técnico, un auténtico juego al más puro estilo borgiano u onettiano (en el relente, esa grandísima novela que es La vida breve) pero sin atisbos de epigonismos, pues en todo momento Porta sabe dosificar ciertas influencias o analogías que son filtradas por una sensibilidad y un estilo ya plenamente portianos.

Por otra parte, es remarcable en ese plasma de constantes sugerencias que encontramos en sus novelas, la fina tela de araña trenzada entre ellas, como algunos personajes de Concierto del No Mundo que aparecen en Braudel por Braudel y El peso del aire e incluso en su primera novela, escrita a cuatro manos con Roberto Bolaño, Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce, lo cual no deja de incrementar el brío lúdico-literario y el universo propio del escritor barcelonés.

Si, como dice el propio Porta en nuestra entrevista, su próxima novela estará relacionada con Concierto del No Mundo seguro que nos sorprenderá y esperaremos con una impaciencia tranquila su aparición en las librerías. Hasta entonces, hay varios libros que leer para quienes todavía no conocen a uno de los escritores en lengua española más inteligentemente desconocidos.

(Publicado originariamente en www.deriva.org y Minotauro Digital).

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Entrevista a A. G. Porta


A.G. Porta es un escritor que posee una voz y un mundo propios como pocos, con un estilo depurado y cristalino y una intensidad medida que nunca ofrece una frase de más. Aunque no es todavía un escritor muy conocido, se trata sin duda de uno de los novelistas españoles más interesantes de la actualidad, avalado, entre otros, por Roberto Bolaño o Javier Cercas.

De momento [2006], sus obras son las siguientes: Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce (1984) escrita con Roberto Bolaño, Braudel por Braudel (1999), El peso del aire (2001), Singapur (2003) y la reciente Concierto de un No Mundo, todas ellas, exceptuando la primera, publicadas por la editorial Acantilado.

Creo que ha tardado diez años en escribir su última novela, Concierto del No Mundo. ¿Se trata de su novela más ambiciosa?

Cuando retomé la escritura en el año 1994, no estaba preparado para acometer un proyecto de las características de Concierto del No Mundo. Utilizando un símil deportivo se podría decir que estaba en baja forma y que necesitaba entrenamiento. Por eso me ha llevado diez años escribir unas cuatro versiones distintas de la novela. Ha sido un trabajo bastante duro y con muchos sinsabores; en unas ocasiones pensaba en quemarla y en otras me decía que si no salía nada bueno, pues que todo podía quedar en entrenamiento, que podía funcionar como un taller al que iba regresando entre la escritura de mis otras novelas, un taller que me servía, en definitiva, para practicar. Al fin y al cabo, no publicándola nadie se iba a enterar del desastre. Ahora me parece un poco presuntuoso hablar de ella como de mi novela más ambiciosa, pero la verdad es que de mis obras, Concierto del No Mundo, es la que tiene un planteamiento más arriesgado y difícil de llevar a cabo, y eso la ha convertido en la más ambiciosa.

Se dice que A. G. Porta no es un escritor de éxito, pero que tiene muy buenas críticas. ¿Piensa que este premio (el Café Gijón de Novela) le facilitará un mayor acercamiento de los lectores?

Los premios habitualmente provocan que se hable más del autor y de su obra, que el librero la exponga mejor, que los medios le ofrezcan mayor espacio. En fin, todo ello repercute en que algunos de los lectores se interesen y prueben. De todas formas, ésta es una obra difícil, no porque sea difícil en sí, sino porque el público se ha ido acostumbrando a leer novelas que no requieren, por pequeño que este sea, ningún esfuerzo de su parte. De los lectores que prueben suerte, al final solo quedará una minoría.

En su obra, el espacio es un elemento que delimita de manera significativa a los personajes, como en los casos de Braudel por Braudel o Singapur. ¿Por qué?

Se trata de novelas muy intimistas cuyos personajes viven en un mundo propio muy acusado, distinto en ambos casos. Situarlos en un espacio concreto y delimitado ayuda a la comprensión del personaje.

La fragmentación, con las consiguientes elipsis y silencios, es otro de los rasgos más característicos de sus novelas, aunque tal vez tiene mayor significación en Singapur.

La fragmentación formal, digamos que visual o de estilo, es la misma en toda mi obra reciente desde Braudel por Braudel. La fragmentación del contenido, de características más parecidas en obras como Braudel o Singapur, pero también en El peso del aire, responde a un tipo de discurso que yo llamo cinematográfico y que se subdivide en escenas más que en capítulos. Si no recuerdo mal, en las dos primeras obras, las elipsis y silencios provienen de causas distintas. En Braudel, tenemos a un personaje que no entiende el mundo o que simplemente no está de acuerdo con él, pero que sabe que para sobrevivir debe jugar un papel y lo juega sin demasiados remordimientos. Los silencios, aquí, ayudan a sentir su estado de ánimo. Estoicamente, el personaje contempla su entorno sabiendo que no puede cambiar nada. A eso ayudan las elipsis y silencios, aunque también a la trama criminal que acompaña al personaje. En el caso de Singapur, estamos leyendo el diario de una mujer que se niega a reconocer que casi está tan mal ella misma como su madre que padece alzheimer. Sabemos lo que le ocurre y de su estado físico y psíquico a través de los silencios, de lo que escribe, pero también de lo que no escribe y se oculta a ella misma. Resulta que lo que deja de decir es tan importante que al lector no le pasa desapercibido.

En las novelas Braudel por Braudel y Singapur los personajes principales huyen y practican el nomadismo pero no parece que lleguen a una meta. ¿Es su visión de la vida o es un artefacto literario?

En primer lugar siempre se trata de artefactos, puesto que hablamos de literatura y ésta debe acomodarse a sus personajes y enredos. Por otra parte es indudable que el autor suele poner en ello buena parte de sus propias filias y fobias. Tanto un personaje como el otro no tienen más meta que el próximo trago, el próximo cigarrillo o el próximo encuentro amoroso. No hay metas más allá, porque saben que las metas de alto contenido suelen ser metas engañosas, o no tienen ningún interés para ellos. El caso de Braudel casi es el de un clásico del western de la frontera con el vaquero que acaba marchándose tras el duelo final.

Roberto Bolaño dijo en su libro Entre paréntesis que A. G. Porta tuvo un gran silencio literario (desde Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce, publicada en 1984 junto al propio Bolaño, hasta 1999 con Braudel por Braudel) seguramente debido a la lectura de la obra de Joyce. ¿Es tan fuerte la obra del escritor irlandés?

Es de agradecer que los amigos piensen en uno en una clave literaria de alto voltaje, pero la realidad suele ser más prosaica. El silencio literario tiene que ver con cuestiones más propias de desengaño con la propia obra, con el mundo literario (con el que parece que si uno no conecta no existe) y de falta de tiempo durante una época de mi vida, más que de la lectura de Joyce. Por lo demás, es cierto que la obra de Joyce, me refiero básicamente al Ulises, que es la novela que me impresionó de joven, es muy fuerte y cuanto más pasa el tiempo y seguramente uno más aprende y comprende lo que está leyendo y las dificultades de su construcción y encaje, más fuerte se da cuenta que es.

También dijo Roberto Bolaño que su escritura es tan clara como un cuadro de Hockney. Creo que es una bonita comparación para definir su escritura o estilo. Por cierto, que hay un cuadro suyo titulado “Beverly Hills Housewife” que me hace pensar en la Laura de Singapur cuando mira por la ventana desde su casa.

No recuerdo ese cuadro de Hockney, aunque durante una época fue uno de mis pintores preferidos. Quizá por las piscinas, no sé.

Una pregunta inevitable. ¿Qué queda de A. G. Porta y qué de Roberto Bolaño en aquella primera novela de ambos Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce? ¿Sabe si se va a reeditar?

En el fondo está todo. Lo que ocurre es que todavía no sabíamos expresarlo como más tarde. Al menos yo no tenía la técnica, ni la madurez que creo que tengo ahora. En los Consejos hay mucho Bolaño y mucho Porta actuales. Hay un apéndice -creo que se llama “Manuscrito encontrado en una bala” o algo así-, que es un precedente muy bueno de muchos de los actuales cuentos de Bolaño. Está previsto que El Acantilado lo reedite próximamente junto con “Diario de Bar”, el único cuento que logramos llevar a buen puerto, ya que juntos comenzamos otros proyectos que acabamos abandonando por el camino. He escrito un prólogo para esa edición que lleva por título “La escritura a cuatro manos”.

He visto que el título de su novela Braudel por Braudel traducida al francés es Le passant de Port Mahon. Discúlpeme, pero me gusta más que el título en español, aunque creo que parece un título muy “Nouveau Roman”.

¿Sabe si van a traducir sus posteriores novelas, El peso del aire y Singapur?

Creo que es un buen título el que le han puesto los editores franceses, pero me sigue gustando Braudel por Braudel. Claro que aquí en España no tiene las connotaciones y malentendidos que produciría en Francia un título como ese. Hay gente trabajando en este momento para que se traduzcan mis obras a distintos idiomas. Espero que la suerte les acompañe.

En Singapur, encontramos una ambientación en torno a los espacios que rodean a Laura que mezcla melancolía y desazón y me recuerda un poco a una película de Liv Ullmann, Infiel, o a ciertos ambientes de novelas de Marguerite Duras (citadas ambas por la protagonista). ¿En qué sentido esto es así y hasta qué punto hay una referencia explícita o implícita a estas mujeres, siendo Singapur una novela exclusivamente de mujeres?

En Singapur hay muchas referencias culturales sobre pintura, literatura, cine o fotografía. Tratándose de una pintora que ha dejado de pintar, creo que son referentes que ayudan a comprender al personaje y le acompañan perfectamente. Liv Ullmann y Marguerite Duras no estaban en el inicio de la idea de la novela, sino que fueron incorporadas más tarde, porque para mí, la mejor manera de escribir es viviendo de alguna manera a mis personajes y estaba muy metido en el de la mujer y muy receptivo a un tipo muy determinado de inputs. Así, di por casualidad, en el sur de Francia, con un ejemplar del libro de memorias de Liv Ullmann. Luego, Marguerite Duras entró en escena por su propio peso, como si fuera necesario incorporarla ahí de alguna manera. Respecto a que es una novela exclusivamente de mujeres, fíjese que la protagonista tiene un problema mal resuelto con el padre; a la madre se le ha muerto el marido quien de alguna manera está en el inicio de su alzheimer y la amiga se ha separado del suyo. Los hombres cumplen un papel puramente de comparsas, es como si ellas solas debieran resolver sus propios problemas. Me refiero a los realmente importantes.

Otro aspecto que me ha llamado la atención es la utilización de diversas actividades y artes dentro de la vida de sus personajes, como la publicidad, el jazz, la arquitectura, la literatura, la música, la moda.

Bueno, es cierto que los personajes, ya sean protagonistas o no, además de ser algo en la vida, suelen desarrollar algún tipo de actividad profesional, actividad que puede formar parte de ese algo o no. Son camareros, tienen ilusiones por las que luchar. Desean tener una coctelería de propiedad o pretenden, con todas sus fuerzas, ser modelo de pasarela y tener éxito. Otros personajes precisan de profesiones liberales que les permitan moverse a gusto como espías; pertenecer a la familia de un arquitecto famoso que les dé un halo de veracidad a su modo de vivir, etc. Seguramente se trata de mi propio gusto también, pero en el fondo lo que es importante para el lector es que la utilización de esas actividades ayude a crear una atmósfera creíble.

En su obra hay un equilibrio constante entre lenguaje y contenido con un estilo cristalino, pero a la vez se sugiere siempre una tensión que en cualquier momento puede explotar. ¿La vida siempre tiene un lado oscuro u oculto?

La vida cotidiana, en general y tal vez por suerte, pertenece al ámbito de lo gris y plano, y creo que hay en ella poco de oscuro y oculto, al menos en la dimensión épica que requiere la literatura de ficción. El lado oscuro y oculto real, pertenece al ámbito íntimo y secreto de cada uno de nosotros y puede ser peor que la tensión que sugiere la pregunta, aunque finalmente se lleve con discreción y resignación.

En El peso del aire se apunta precisamente a una tela de araña que oculta las cosas donde nada es lo que parece. ¿Es la vida cotidiana la que empuja a los personajes a comportarse de una determinada manera o son los propios personajes?

En Braudel por Braudel y en El peso del aire, es la vida cotidiana la que empuja a los personajes. El destino está marcado y ellos no pueden hacer nada por cambiarlo. No pueden hacer nada y no van a mover un dedo para que eso sea de otra manera. El caso de Singapur creo que es distinto, aunque Laura no luche para cambiar el estado actual de las cosas, es ella misma, y sus propios desarreglos, quien está en el origen de cuanto sucede.

¿Le gusta leer literatura actual? ¿Qué escritores o novelas remarcaría?

No puedo opinar sobre literatura actual porque el porcentaje de literatura actual que leo sobre la que se publica es tan pobre que prácticamente diría que es nulo y, por lo tanto, mi opinión carece de validez. A parte de Bolaño que, como puede suponer, forma parte de mis referentes literarios desde hace muchos años y que es capaz de hacerme pasar muy buenas tardes releyéndole, yo remarcaría a Enrique Vila-Matas, cuyas novelas no dejan de sorprenderme y de interesarme, incluso diría que cada vez más. Creo que eso sucede porque tiene una voz propia y un estilo únicos que no he encontrado en ningún otro escritor, ni he leído en ninguna otra parte. Dicho esto, soy consciente de que estoy siendo injusto con muchos otros y otras que son excelentes escritores, algunos de ellos incluso, déjeme remarcarlo, desconocidos.

En su última novela Concierto del No Mundo se da un constante juego de espejos que seguramente es producido por el vacío y el absurdo cotidiano de los personajes. ¿Es importante comprender y diferenciar las fronteras de las distintas realidades o por el contrario todo forma parte del mismo juego literario?

Yo pretendía que de alguna manera el lector asistiera a la misma construcción de la novela, y que fuera consciente de ello a través del guión que iba construyendo el personaje del guionista. Por eso, aunque forme parte del mismo juego literario, también es preciso situar esas fronteras y realidades. Situarlas nos permite establecer los distintos planos del discurso. Para que la narratividad lleve al lector más fácilmente, le exige una cierta concentración para saber o, al menos intuir, a cada momento en qué plano se encuentra. Luego, se dará cuenta de que no era tan importante saber donde se hallaba, pero eso se descubre al final y, de todas formas, no creo que sea conveniente que el lector llegue a las páginas finales con la sensación de andar perdido.

En una frase de su última novela [Concierto del No Mundo] leemos: “Mientras que la trama principal conduce la acción, las secundarias plantean el tema” (p. 261). ¿Qué es más importante en sus novelas, la acción, el tema, o la construcción de un lenguaje y un determinado ambiente?

Se trata de una frase extraída de una entrevista a algún guionista famoso. No creo que sea literal, sino que debí recoger la idea. Tampoco recuerdo de qué guionista se trata porque leí un montón de entrevistas a guionistas para ir más seguro en la construcción del personaje. Respecto a la pregunta, creo que una novela se construye sobre un determinado juego de equilibrios, donde unas cosas sostienen a las otras y viceversa. En Concierto del No Mundo el tipo de acción, el ambiente o el lenguaje son los que son a causa del tema, en este caso la realidad y la ficción, algo que en cualquier caso es bastante abstracto. Si el tema hubiese sido otro, el resto hubiese cambiado. Otro tipo de acción funciona para otra clase de novela; otro lenguaje se avendría mejor con otra construcción, etc. Para el resultado final es tan importante una cosa como otra. Dicen que al cambiar la rueda de un coche deben irse apretando los tornillos conjuntamente, un poco uno un poco otro y así sucesivamente, nunca roscar uno hasta el fin y luego el siguiente. No sé si en los automóviles es absolutamente necesario hacer eso, pero en una novela sí. El resultado es que todo debería mantenerse en equilibrio. Al menos eso es lo que pretendo.

Si las dos primeras novelas eran más argumentales, y Singapur una novela intimista y con una construcción mayoritariamente fragmentaria, esta última es mucho más densa tanto en el lenguaje como en la construcción que cualquiera de las anteriores. El caso es que usted parece no repetirse nunca.

Bueno, si da esa impresión, supongo que se debe a que sería muy aburrido repetir el mismo esquema, idea o lo que sea constantemente. Aunque estoy seguro de que hay montones de cosas que se repiten en unas y otras novelas, de la forma hasta el lenguaje, los vagabundos, la música, etc. Cuando me embarco con una novela, puede que me espere un arduo trabajo de varios años, un largo viaje sin tocar tierra. Durante la travesía hay que documentarse, meterse dentro de los personajes..., una especie de convivencia larga que puede desgastar bastante. Entonces tengo que escribir sobre aquello que realmente me apetece y no miro demasiado si me repito, aunque si no lo hago debe ser por algún dispositivo de autodefensa. También existe esa idea que he leído bastantes veces que dice que siempre estamos escribiendo la misma novela. Si es así, preferiría que, al menos, pareciera distinta cada vez.

En el juego literario de Concierto del No Mundo parecen tener cabida algunas autorreferencias, como el caso del primo Dédalus, aludiendo a Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce y McGregor a Braudel por Braudel. ¿Se trata de un hilo casi invisible que une sus novelas o es una especie de broma?

Se trata de un plan concebido de antemano que une de manera voluntariamente imperfecta toda mi obra. La pianista de Concierto del No Mundo, por ejemplo, es la hija a la que llama Braudel constantemente por teléfono, de manera que ya sabemos quién es el padre de la pianista. Hay en proyecto otra novela (no la próxima) en la que aparecen el Coronel de Braudel por Braudel; Blaya, el inspector de El Peso del aire y el expolicía de la caravana de Singapur años más tarde, ya jubilados. La novela en la que estoy metido actualmente está directamente relacionada con Concierto del No Mundo, aunque ésta no la tenía prevista como las otras y se metió en medio durante el último año de redacción del Concierto. Al final todas las novelas deberían ser ramificaciones, más o menos importantes, de un mismo tronco. La imagen que tengo de ello es una sucesión de cajas que se suceden unas a otras en el tiempo, a veces se solapan y a veces ni siquiera se tocan, no encajan perfectamente y tampoco tienen el mismo tamaño ni siguen la misma verticalidad, eso sin entrar en los colores, cuando los hay.

(Entrevista realizada por Carlos Huerga en 2006 y publicada en www.deriva.org).

jueves, 10 de noviembre de 2011

Marta López Luaces

Los arquitectos de lo imaginario de Marta López Luaces (Pre-Textos, 2010) es un libro complejo, repleto de referencias literarias e intertextualidad, escrito con una tensión que desborda la propia creación poética. Entre la palabra y la realidad, la tradición y la relectura de esa tradición, e incluso la traducción (Marta López Luaces es trambién traductora, entre otros poetas, de Robert Duncan) aparece una voz poliédrica que (se) busca (en) la esencia de la palabra y la belleza.

He aquí dos poemas de Los arquitectos de lo imaginario:


¿Qué es un poema?

exactitud

espontaneidad

y misterio.

E. Bishop

Un silencio textual

irrumpe en el mundo.


Los profetas perturban

la paz de las realidades

vestidas de imágenes.


*


El blanco

Un cuadro donde ocurre el blanco

Pierre Reverdy

Poseer el sentido del blanco,

variación de la lluvia,

ocurre en el alma.


Separar los elementos más íntimos del blanco,

abrir una ventana, el mar brilla,

entre el perfume de un mundo.


Llueve blanco

en las noches de las palabras

y algo

cae en el vacío.


(Poemas pertenecientes al libro Los arquitectos de lo imaginario, de Marta López Luaces, Pre-Textos, 2010).

jueves, 3 de noviembre de 2011

Festival Yuxtaposiciones 2011

El Festival de Poesía Yuxtaposiciones (3 y 4 de noviembre) llega a La Casa Encendida. Es una gran oportunidad para acercarse a distintas manifestaciones poéticas, desde la música rock de Nacho Vegas, hasta el spoken word de Saul Williams, la poesía sonora de Jaap Blonk o la poesía culinaria-visual de David Ymbernon.

Más información: aquí.


martes, 1 de noviembre de 2011

Notas de Jim Jarmusch II

¿Hollywood? Me plantearía trabajar allí si hubiera un proyecto que realmente deseara hacer. Pero no quiero dirigir material ajeno y no quiero que vengan hombres de negocios o analistas de mercado a decirme qué clase de película debo hacer. Ese tipo de gente lo entiende todo al revés: creen que la película debe estar al servicio del estudio cuando en realidad es al contrario. Es así de simple.

*

En mis primeras películas intentamos utilizar las limitaciones de rodaje como un medio de intensificar la historia. Hubiera sido imposible rodar las veinte escenas en menos de tres días y por eso el guión se escribió de manera que cada escena constase de un solo plano.

*

El objetivo era rodar cortos que funcionasen de manera independiente, pero que al ponerlos juntos tuvieran una serie de cosas en común [Coffee and Cigarettes].

(Jim Jarmusch. Itinerarios al vacío, VVAA, edición de Quim Casas, T&B Editores, 2003).