lunes, 30 de mayo de 2011

Treme: Indignados tras el Katrina

Tras algunas declaraciones que estoy leyendo y escuchando estos días en torno al Movimiento 15-M, me he acordado de este episodio de Treme. Son muchos los políticos y periodistas que hablan del 15-M como si fuera una verbena, desvirtuando y banalizando su importancia.

En la fantástica serie Treme (codirigida por Eric Overmeyer y el gran David Simon, creador y productor de The Wire), los ciudadanos de Nueva Orleáns tienen que luchar contra el sistema, porque el Estado (recordemos que en aquel momento gobernaba George Bush) les ha dejado sin ayudas; por ello, están indignados, y se rebelan cada día con sus canciones, cabalgatas y demás manifestaciones artísticas y pacíficas.

Este episodio de Treme y en particular esta escena, ilustra perfectamente lo que está pasando en el mundo globalizado. Big Chief es el jefe de la tribu india Indian Red, que reclama un respeto que el Sistema de momento no les concede. Nueva Orleáns ha sido devastada tras el Katrina y olvidada hasta ese momento por el Gobierno de EEUU hasta que, empiezan a llegar autobuses que realizan una ruta “turística” para mostrar las consecuencias del Katrina. Algunos buscan espectáculo donde otros buscan dignidad para sobrevivir.

viernes, 20 de mayo de 2011

Presentación de Siete-Los perros del cielo de Yaiza Martínez



Mañana, sábado 21 de mayo, la poeta española Yaiza Martínez presentará su último libro Siete-Los perros del cielo (Ediciones Leteo, 2010) junto al poeta Óscar Curieses en la librería Arrebato de Madrid.

Sábado 21 de mayo a las 20h.
Librería Arrebato (C/ La Palma 21, Madrid).

Carta abierta en defensa de la pluralidad y convivencia de poéticas

La realidad no es legible de manera evidente. Las ideas y teorías no reflejan sino que traducen la realidad, pudiendo traducirla de manera errónea. Nuestra realidad no es otra cosa que nuestra idea de la realidad. Del mismo modo, importa no ser realista en un sentido trivial (adaptarse a lo inmediato), ni irrealista en el mismo sentido (sustraerse de las coacciones de la realidad); lo que conviene es ser realista en el sentido complejo del término: comprender la incertidumbre de lo real, saber que existe una porción de lo posible aún invisible en lo real.

Edgar Morin

El lenguaje poético es un patrimonio colectivo. Una urdimbre tejida en la arena de la diversidad. Nuestras tradiciones literarias siempre se han visto atravesadas por múltiples mutaciones que han ayudado a componer y descomponer el ovillado paisaje de la palabra. No en vano la palabra recoge la complejidad genésica de nuestra existencia. Así ha sido en el caso de la lengua española. Las literatura(s) panhispánica(s) (de acá y allá, en diálogo unas veces, aisladas otras) siempre han manifestado en su devenir histórico la riqueza de lo plural, el desborde de lo conectivo. No existe una deriva única de lo poético. Nunca se produjo una voz homogénea para toda nuestra tradición. Las tentativas de encerrar el lenguaje literario dentro de límites inamovibles han dado como resultado estructuras cerradas de pensamiento que trabajan en contra de la propia y esencial condición de la palabra.

Las personas que firmamos esta carta creemos firmemente en esta pluralidad poética heredada –a la que hemos tratado de contribuir activamente con nuestro propio trabajo– y por eso nos mostramos resistentes a cualquier forma de cierre normativo. Creemos necesario alzar un muro de contención ante actitudes que pretenden reproducir debates que «ya» no son legítimos –que, en realidad, nunca lo fueron– porque representan en sí mismos una agresión a esa misma pluralidad conquistada, al trabajo y legado creativo, teórico y vital de muchas poéticas y poetas precedentes y que recogen de manera natural el legado incuestionable de los padres de la modernidad poética: del romanticismo inglés y alemán al surrealismo pasando por Baudelaire, Rimbaud y Mallarmé. Ha costado mucho desterrar de nuestro campo literario el cainismo y la exclusión. No vamos a consentir ahora que vuelvan a reproducirse estrategias envenenadas similares. El debate de poéticas es necesario, útil el contraste filosófico, intelectual, en torno a la creación, pero siempre en el marco de un respeto escrupuloso a la diversidad y el disenso.

Por todo ello queremos reivindicar como legítimo y propio de la(s) poética(s) panhispánica(s) actual(es) los siguientes elementos:

Escritura(s). En plural. Modos del lenguaje que se encuentran. Ningún programa prescriptivo. Huellas. Rescoldos a modo de conceptos, de cruces, de intuiciones. Ninguna tabla de la ley. No sabemos. Quizá sean un modo de operar, de practicar la literatura. Ese acontecimiento ignoto. No sabemos. Disparan la semilla de lo por hacer y de lo hecho. No sabemos. Mueven a la acción.

Tradicion(es). En plural. Linajes incrustados, desde siempre, en nuestra modernidad, en nuestra memoria literaria. Linajes que se activan y se iluminan desde el presente y de los que debemos hacernos merecedores. Como afirmó Eliot, la tradición «no se puede heredar, y si la deseas debes obtenerla con gran esfuerzo». Cada poeta se forja y construye su tradición, su propia cadena de ejemplos y magisterios, y este esfuerzo es en sí mismo un acto poético, una intervención en el mundo. Puede ocurrir –y de hecho ocurre– que este esfuerzo ponga a prueba nuestra capacidad de asunción cognitiva o de mera comprensión, incluso a lo largo de toda una vida de esfuerzo. La dignidad e inteligencia vitales consiste entonces en asumir esta discapacidad en vez de darle el formato autoexculpatorio de lo incomprensible, lo hermético, lo bárbaro y despreciable. Imposible simplificarla, esencializarla, despotenciarla a través de marbetes o etiquetas reductoras. Imposible normativizarla en interés propio, mediante operaciones espurias de exclusión o ninguneo. Voces habitadas para nuestro presente y nuestro futuro.

Heterodoxia(s). En plural. Nunca una lectura unívoca de lo poético, no podemos aceptar como obvio ni la desaparición del habla ni el habla homogeneizada. La palabra poética implica desborde, intersubjetividad, entramado conectivo, intersticio, complejidad. Y significa todo ello porque dialoga con lo humano.

Poética(s). En plural. No hay una poética una que convierta a las demás en otras. No hay norma, no hay centro natural o tácito. Queremos (re)afirmar y defender el deseo y la probada capacidad de convivencia de poéticas diversas que han demostrado en los últimos años su resistencia a la codificación. No precisamos para construir o apuntalar una identidad la negación del Otro. No vivimos la alteridad como amenaza, sino como nutriente y condición necesaria para la construcción de nuestra posible identidad colectiva y personal.

Hibridez y Diversidad(es). En plural. Creemos que la poesía no es mercancía, no es hija de la rentabilidad económica. Tampoco de las ideologías. La poesía es una multiplicidad de pájaros, aves raris, aves migratorias, que ponen su nido en lo alto, alejado del manoseo y voracidad de las alimañas y carroñeros. No podemos, por tanto, hablar de «una» poesía, sino de «poe-diversidad», en constante vuelo, en constante cruce, en constante mestizaje. Y no enjaulada, sino libre, puede ser del mundo, desde el mundo, con el mundo. Pero siempre «haciendo mundo».

Pensamiento(s). En plural. Desconfiamos de los falsos dualismos (razón y emoción, realismo e irracionalismo, público y privado, naturaleza y cultura…) en los que se ha querido encerrar lo poético. Se trataría, como dice Miguel Casado, de «ampliar la noción de pensamiento, extenderla a todos los movimientos de la mente, a uno y otro lado de la conciencia, a todos los movimientos interiores del lenguaje que de modo constante nos recorren y atraviesan». En definitiva: destacar el carácter desestabilizador y genésico de la palabra poética como apertura del pensamiento.

Realidad(es). En plural. La relación de lenguaje y realidad es compleja, porque ambas son complejas de por sí y más cuando se relacionan, influyen, comunican. Es simplista y equívoco detenerse en un estilo o propuesta, en una sola manera de abordar esa difícil exploración de la materia (humana y no humana) que llegará a ser poema.

Subjetividad(es). En plural. Sin menoscabo de que cada uno/a pueda o quiera llevar la voz poética adonde crea conveniente. Todas las formas de enunciación tienen sentido y no seremos nosotros quienes juzguemos la pertinencia de lo que cabe o de lo que debe desaparecer.

Emoción(es). En plural. No codificadas, no predeterminadas en un calculado ejercicio de causa-efecto practicado desde las inevitables limitaciones del poeta sino trascendidas y reveladas junto a él en un proceso que hermana escritura y lectura, que convierte al lector en agente activo y co-productor de sentido.

Lector(es). Recepciones. Por todo lo anterior reivindicamos el respeto a la inteligencia y creatividad lectoras, a la libérrima capacidad de sorprenderse y sorprendernos de aquel que generosamente se acerca a un texto para darle vida; a su derecho inalienable de que nada ni nadie se haga garante ni faro de sus emociones, su criterio, su infinita libertad.

Así, queremos reivindicar la convivencia de poéticas, la pertinencia del debate crítico, la belleza de la pluralidad como alimento de lo creativo. Y rechazamos de manera frontal cualquier estrategia de apropiación, simplificación o reduccionismo literario.

Y para que así conste lo firmamos en Madrid a 17 de mayo de 2011


(el primer listado de firmas de la Carta se publicará a partir del lunes 23 de mayo)


*La forma de adherirse a dicha carta consiste en enviar un correo a firmas.cartabierta@gmail.com indicando nombre y apellidos, ciudad, país de residencia y profesión u ocupación. Para adherirse hay un primer plazo de 6 días naturales, hasta el lunes 21 de mayo próximo, ya que el martes confeccionaremos la primera lista de adheridos. Aunque luego siga aumentando conviene rapidez en la primera confirmación.

martes, 17 de mayo de 2011

retales, de Sonia Bueno

un sonido de alas –sin pájaro- habla al hueso

*

avanzo_tiro de un hilo me alejo de

*

roto –el hilo. busco. la manera de seguir. otro hilo que cortar.

*

salir del espejo

de la palabra

para hallar

la palabra

y habitar

el espejo

*

devano mi camino. para hilar mis huellas y habitar el camino

*

enhebro granos de arena. el trabajo en el desierto amontona. sí. enhebro granos de arena. como quien cose un tumor de arena en su útero /antes desierto.

mal-digo esos despojos de mi cuerpo –que no son

/mi cabeza


(Poemas pertenecientes a retales de Sonia Bueno, Fundación Centro de Poesía José Hierro, Getafe, Madrid, 2011).

sábado, 14 de mayo de 2011

Remy de Gourmont nos avisa desde su nave espacial

¿Qué podrían tener en común un puñado de aforismos de un autor francés del siglo XIX y una película de Ciencia Ficción producida por la 20th Century Fox en el año 1951? Tanto, como permite la estupidez humana, es decir, mucho.

Ayer releí algunos aforismos de Remy de Gourmont en uno de los Clubs de Lectura que dirijo, y disfruté de nuevo ante las sentencias de una inteligencia mordaz como pocas. Un hombre que se ríe continuamente del género humano y que, sobre todo, todo lo cuestiona: la inteligencia, la cultura, la tradición. Después fui a ver a la Filmoteca Ultimátum a la Tierra (The Day the Herat Stood Still) dirigida en 1951 por Robert Wise, y me sorprendió su mensaje crítico. EEUU estaba inmerso en la Guerra Fría y la estupidez humana llegaba a límites insospechados (que perduran hasta hoy). Un alienígena es enviado a la Tierra para advertirnos de que deben cesar las guerras y la producción de energía nuclear, porque la Tierra está poniendo en peligro la paz en el Universo. Me gustó porque el filme supone una crítica al totalitarismo estadounidense de los años 50, pero también porque sigue siendo una lectura actual de las cosas que pasan en la Tierra. Los terrícolas no han cambiado nada en 60 años, si acaso, se han empecinado más en su empeño de demostrar su ignorancia y desacreditar su inteligencia. Y mientras veía la película me venían a la cabeza algunos de los aforismos de Remy de Gourmont: “Un azar dio al hombre la inteligencia. Él la empleó: inventó la estupidez”. Por eso, el alienígena, perfectamente interpretado por Michael Rennie, mira a los terrícolas con una media sonrisa donde se vislumbra otro de los aforismos de Remy de Gourmont: “Solo una cosa distingue a los hombres de los animales, convirtiendo a la especie humana en la más feroz de todas y volviéndola, para empezar, contra sí misma: el fanatismo”.

(Aprovecho la ocasión para añadir una reseña que publiqué hace unos años en Deriva. Cuanto más releo Pasos en la arena, más me gusta, y más claro tengo que la estupidez humana es insuperable).



Pasos en la arena, de Remy de Gourmont (Traducción de Luis Eduardo Rivera, Ed. Periférica, 2006).

Remy de Gourmont, escritor francés nacido en 1858 y fallecido en 1915, fue uno de los principales críticos literarios de finales del s. XIX y principios del XX, cercano a los simbolistas, amigo de Mallarmé o Villiers de l’Isle Adam, cofundador de la prestigiosa revista y editorial Mercure de France. Dice Luis Eduardo Rivera en el estupendo prólogo de Pasos en la arena, que se trata de un precursor, pero que hoy sus novelas han quedado desfasadas, no así sus ensayos y aforismos, alejados del simbolismo de su narrativa y armados con un leguaje claro y sencillo, siendo uno de los autores que “inauguró el ensayo moderno francés, y que sigue siendo, todavía hoy, uno de sus representantes mayores”, trazando un puente que va desde Montaigne a Roland Barthes, pasando por Diderot. Así pues, la carta de presentación de Remy de Gourmont parece cuando menos, notable.

Pero vayamos al libro que nos presenta la editorial Periférica. Los aforismos y epigramas que afloran por estas páginas –por primera vez publicados en España- tratan los temas más diversos, desde la política, hasta la filosofía, la religión, la moral o la literatura, siempre con un lenguaje claro: “Se debe escribir bien, pero es preferible expresar un pensamiento sin arte aunque con claridad, que decirlo de una manera confusa y embrollada”, entre los que asoma a veces la ironía, el desencanto, la acidez del que se sitúa al margen, observando el mundo, desentrañando sus incoherencias, desenmascarado sus dogmas. Es indudable la influencia de Nietzsche. La edición, muy cuidada, a cargo del propio traductor Luis Eduardo Rivera está completada con un espléndido comentario incluido al final del libro de Paul Léautaud y una semblanza de Guillaume Apollinaire que enriquecen la visión de este singular escritor y pensador, hasta ahora, prácticamente desconocido en lengua española.

Abundan máximas, entre cómicas y certeras, que ponen en entredicho a la humanidad: “Un azar dio al hombre la inteligencia. Él la empleó, inventó la estupidez”. Otro aspecto que sobresale de este librito es el cuestionamiento de Gourmont ante los valores que para muchos han sido siempre sagrados, pues él utiliza la disociación para desvelar lugares comunes y desarmarlos, pero sin quedarse en la simple desaprobación, ya que además sabe crear nuevas (re)visiones de estos mismos valores con sus sentencias. Algunos de sus mejores y más incisivos aforismos pertenecen al epígrafe “Sobre la inteligencia”, demostrando su ironía, pero también su desencanto ante la estupidez humana: “La inteligencia es un don natural, que debe cultivarse, sin hacerse ilusiones sobre su utilidad, como un arte de pasatiempo”.

Leyendo Pasos en la arena nos dejaremos llevar sin esfuerzo por entre estos aforismos y epigramas brillantes y pensaremos que la persona que los escribió era un espíritu libre, crítico y sobre todo, independiente. Lo reflejan muy bien estas palabras de Léautaud al final del libro, hablando de Remy de Gourmont: “Era un observador. Observaba, analizaba, -disociaba, como él decía- los hechos, las ideas, los sentimientos”. Este Pasos en la arena tiene dos grandes virtudes: una, descubrirnos a un gran pensador, necesario; otra, saber que siempre podremos volver a sus aforismos, porque no parecen agotarse en su afán revelador y renovador.

lunes, 9 de mayo de 2011

Notas de Theo Angelopoulos I

Creo que mis películas son sobre viajes que todos realizamos, en cualquier parte del mundo. Es el problema universal de no tener un lugar, un hogar que podamos considerar el nuestro.

*

En todas mis películas hay personajes que buscan a su padre. No me refiero a padres reales, sino al concepto de padre como signo, significado o símbolo de lo que soñamos.

*

Lo que no me gusta son esas películas que intentan contentar a todo el mundo poniéndole un poco de todo, pero que terminan no siendo nada en concreto.

(El cine de Theo Angelopoulos. Imagen y contemplación, edición de Andrew Horton, Ediciones Akal, 2001).

viernes, 6 de mayo de 2011

Un hombre en el umbral según Rafael-José Díaz

Tras el recital que ofrecí ayer en La Casa del Libro, he de agradecer al poeta y traductor Rafael-José Díaz no solo su presencia y generosidad, sino también, sus palabras a modo de presentación, que me parecieron lúcidas. Rafael-José Díaz ha publicado en su blog Travesías el texto leído en La Casa del Libro. Para quien quiera leer el texto, puede hacerlo aquí.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Recital en La Casa del Libro



Mañana jueves 5 de mayo leeré algunos poemas en La Casa del Libro, dentro del ciclo de "Los Jueves Poéticos en la Casa del Libro". El acto pertenece a la programación de Poesía Joven en la Comunidad de Madrid, coordinado por Javier Avilés. Me presentará el poeta y traductor Rafael-José Díaz.

Jueves 5 de mayo a las 20h.
Casa del Libro, 3ª planta (C/ Gran Vía 29, Madrid).